Miras fotos y recuerdas, ves videos y recuerdas, pero muchas veces, no te hace falta nada material, solo cerrar los ojos y dejarte llevar en la inmensidad de tu mente. Te inundan miles de recuerdos, se te cruzan sonrisas y lágrimas, por los momentos vividos y los perdidos. Pero siempre te quedaran los recuerdos, nada ni nadie los puede borrar, son bonitos y te los quedas, son malos y los eliminas.
Venditos recuerdos, por las sonrisas, las persecuciones sin poder correr por el ataque de risa, las veces que le observabas sin que se diera cuenta, los roces “sin querer”, las miradas porque sí, cuando le sorprendías mirándote, cuando con una simple sonrisa suya, tú eras feliz.
Malditos recuerdos, extrañas aquellos momentos vividos, día tras día, y que ya no están. Pero gracias a esos recuerdos, guardados en el interior de tu corazón, nunca podrás olvidar, que pasaste una época feliz, en la que te quisieron y quisiste con toda tu alma.
El amor no se marcha de un día para otro, necesita su tiempo, cuesta, mucho, pero el tiempo dirá si son recuerdos de una vida pasada o de una vida futura.